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Miércoles 9 de Marzo de 2022

Susana Arauzo: “Ésta es mi segunda casa. Aquí he crecido, he madurado y he compartido muchas aventuras con mis compañeros de fatigas”

Esta trabajadora del Hospital San Juan de Dios de Burgos, que entró en el servicio de Administración del centro en julio de 1977, recuerda el olor a bebé de unos pasillos con ramos de flores a las puertas de las habitaciones. Ahora, casi 45 años después, solo espera que el nuevo consejero de Sanidad demuestre la misma sensibilidad que en su día tuvo el expresidente de la Junta Juan Vicente Herrera.
Susana Arauzo: “Ésta es mi segunda casa. Aquí he crecido, he madurado y he compartido muchas aventuras con mis compañeros de fatigas”

“Con los nacimientos, 18.000 hasta el cierre del área de maternidad en 1995, se respiraba una gran alegría por los pasillos del Hospital. Olía a bebé, había ramos de flores a las puertas de las habitaciones y se sentía la alegría de los padres, unos primerizos y otros ya con experiencia”, asegura Susana Arauzo Miguel al echar la vista hacia 1977, el año en el que entró a trabajar en el servicio de Administración del centro.

“Entré en julio y al mes siguiente, en agosto, falleció mi padre”, asegura sin dejar de tener muy presente a su progenitor que, al margen de desempeñar su profesión en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de Burgos, trabajaba para la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Sin haber cumplido aún la mayoría de edad, Susana, que casi suma 45 años de vida laboral en el Hospital, asegura que un “pilar importante” para su adaptación fueron los hermanos Andrés e Isidro, que estaban en su departamento, así como el resto de religiosos de San Juan de Dios, religiosas de Santa Ana y trabajadores, unos 45, que formaban parte de una “pequeña gran familia” que con los años ha ido sumando miembros.

“Mis primeras armas de trabajo fueron el bolígrafo y la máquina de escribir”, señala una trabajadora que conserva “gratos recuerdos”. Entre ellos, aquellas IV Jornadas de Personal en la Organización Asistencial celebradas en el Puerto de la Cruz de Tenerife en marzo de 1992. “Para mí fue un reconocimiento y un gran impulso para continuar con el buen trabajo dentro de la organización”, explica sobre un espacio de convivencia y reflexión lleno de valores humanos y profesionales.

“A veces no nos damos cuenta de que una empresa la componemos todos, con nuestro cometido y responsabilidad; y que, cuando uno de nosotros no disfruta de lo que hace, se lo transmite a los demás siendo fuente de dificultades”, indica consciente de que “todos los problemas son retos a resolver en equipo”. “No podemos trabajar bien si alguien no se siente integrante del mismo”, argumenta para, a renglón seguido, dejar claro que “aunque no puedas escoger el trabajo, siempre puedes elegir como lo harás”.

Todos los problemas son retos a resolver en equipo

“La superación compartida es muy gratificante”, revela. No obstante, no oculta que los complicados momentos vividos en los últimos años no se lo han puesto fácil a ninguno de los trabajadores de San Juan de Dios. “Yo creo que somos necesarios en Burgos y, como ya ocurriera en 2014, solo espero que el nuevo consejero de Sanidad demuestre la misma sensibilidad que en su día tuvo el expresidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera”, señala.

“Todo un acontecimiento” en Burgos

En 1985 se realizó por primera vez un trasplante de un dedo del pie a una mano (el segundo dedo del pie al primero de la mano izquierda) en la entonces Clínica San Juan de Dios de Burgos a un trabajador de 28 años tras un accidente laboral en una fábrica de piel.  La operación duró ocho horas y media, y fue realizada por el equipo del doctor Casado. “Tuvo mucha repercusión en los medios. Fue todo un acontecimiento”, según expone una mujer que también pasó por las manos de este prestigioso cirujano plástico. “Tenía una desviación en el tabique nasal y cuando me quise dar cuenta ya estaba en la mesa del quirófano”, indica con una sonrisa.

“Si no hubiera estado bien aquí, no habría continuado. Ésta es mi segunda casa. Aquí he crecido, he madurado y he compartido muchas aventuras con mis compañeros de fatigas”, confiesa una trabajadora resistente al cierre del Hospital: “Nunca he querido acabar de verlo”. Eso sí, según concluye, está “preparada” para los cambios que puedan venir dentro de una Orden que “está a lo que la sanidad y la sociedad le demande”.

 

 

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